La noche del 28 de Julio de 1900 el rey Humberto I de Italia fue a cenar con su ayudante a un restaurante de Monza. El rey se quedó perplejo al ver que guardaba un gran parecido físico con el dueño del establecimiento, y así se lo comentó. Empezó entonces una charla en la que salieron a relucir una gran cantidad de coincidencias que existían entre ellos:
El dueño del restaurante también se llamaba Humberto.
Al igual que el rey, había nacido en Turín el 14 de marzo de 1844.
Ambos se casaron con una mujer llamada Margherita.
El dueño del restaurante había abierto el establecimiento el mismo día en que el rey fue coronado.
El rey quedó fascinado e invitó a su doble a asistir a una competición de atletismo que se celebraba al día siguiente. Pero cuando el rey ya se hallaba en el estadio de atletismo, su ayudante le informó de que el dueño del restaurante había muerto aquella mañana después de que le hubieran disparado. Mientras el rey expresaba su pesar por el trágico suceso, un anarquista surgido de entre la multitud le disparó al rey, que murió en el acto.
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